QUIERES TOMAR DESICIONES…?

QUIERES TOMAR DESICIONES…?

Muchas veces a lo largo de nuestra vida nos vemos en la situación de tener que elegir entre diferentes opciones u oportunidades.

Algunas elecciones son fáciles, y otras no tanto: el problema está cuando el hecho de tener que tomar una decisión nos bloquea y no somos capaces de decantarnos por ninguna opción. Normalmente éste bloqueo es debido a diversos miedos: miedo a equivocarnos, por no querer renunciar a ninguna opción, miedo a lo desconocido. etc.

En el siguiente artículo os doy algunos consejos y reflexiones que os pueden orientar a la hora de elegir un camino y desbloquearos.

  1. Ten en cuenta que normalmente no existe una única opción “correcta”:

Ten en cuenta que muchas veces no existe una opción “buena” y otras “malas”. Tendemos a pensar de forma dicotómica, “¿Cuál será el camino correcto?”. Muchos caminos pueden llevar o no a tu satisfacción personal dependiendo de cómo los recorras.

El camino que elijas será el tuyo, a veces hay más de una opción correcta o buena, cada decisión tendrá sus cosas buenas y sus cosas malas, no exíste una única decisión “correcta”, y podrías estar bien tanto en una como en otra opción dependiendo de cómo vivas en esa opción.

  1. Considera TODAS las opciones:

A veces estamos entre dos opciones sin darnos cuenta que hay más alternativas, por ejemplo: valoramos la oferta de trabajo A frente a la oferta de trabajo B…  pero aquí también existe la opción “ninguna de ellas y seguir buscando”. Reflexiona también sobre el porqué de la decisión ¿por qué debo tomar ésta decisión? ¿qué pasaría si no lo hago? ¿si las cosas siguieran como hasta ahora y yo no me decidiera ni me movilizara hacia ninguna opción cuáles serían las consecuencias?

  1. Visualízate en cada una de las opciones:

Para ayudarnos a elegir es útil visualizar cada una de las opciones:

¿Cómo me veo en la opción 1? ¿Cómo me hace sentir? ¿Me imagino siendo feliz en ésta opción? Intenta imaginar con todo el detalle que puedas cada opción y cómo te hace sentir.

  1. Analiza pros y contras, y el peso emocional que tienen para ti.

Realizar una lista de “Pros y Contras” es realmente muy útil. Escribirlo es además una buena forma de organizar nuestras ideas.

Para cada argumento a favor o en contra es útil también que añadas una puntuación del peso emocional/subjetivo que tiene para ti ese argumento. Por ejemplo, el “1” sería que ese argumento no te importa mucho y “10” que lo consideras muy importante.

Si es posible tómate varios días para hacer la lista, por ejemplo, tres o cuatro días, revisa los argumentos a favor y en contra cada día y sus puntuaciones y si se te ocurre alguno más lo añades.

Te pongo un ejemplo:

Pros:

Me dará tranquilidad económica los 6 meses que dura el contrato.

Está cerca de mi casa.

Valor:

10 (el dinero es un factor determinante pues me hace mucha falta ahora).

10 (es genial que esté cerca de mi casa).

 Contras:

El horario es de tarde-noche.

No me garantizan continuidad.

El trabajo no es de lo mío.

Evalúa:

10 (no me gusta nada el horario).

3 (la estabilidad en éste trabajo no es un factor determinante).

4 (prefiero algo en mi sector, pero no es un factor determinante en éstos momentos).

La idea es que revises durante 3/4 días los pros, contras y evalúes, para que encuentres, así como los valores de peso subjetivo de cada argumento.

Al final sumas los valores de los Pros y los valores de los Contras para ver qué opción gana.  (En el ejemplo, si bien hay más contras que pros, ganarían los pros. Pues el peso subjetivo de los argumentos a favor es más alto.)

  1. Ponte una fecha para tomar la decisión

Teniendo en cuenta los plazos que tengas para decidir, la dificultad de la decisión, etc. Ponte una fecha límite.  No te quedes en la “parálisis del análisis” analizando indefinidamente pros y contras. Es preciso movilizarte, aunque no estés 100% convencido (es muy difícil que puedas estarlo), en la vida es necesario actuar para avanzar, tomar riesgos y comprometerte con una opción.

  1. ¿y si me arrepiento?

Uno de los miedos que nos suele asaltar es el temor a equivocarnos ¿y si era mejor la otra opción? ¿y si lo otro me hubiese hecho más feliz? No podemos saberlo.

Confía en ti, pueden presentarse dificultades en el camino que elijas: confía que si se da el caso harás lo que esté en tu mano para resolverlo llegado el momento. Si te equivocas aprenderás algo, lo afrontarás.

Acepta esta posibilidad de que puedan presentarse dificultades, que algo pueda salir mal o que puedes equivocarte. no podemos estar nunca seguros de que las cosas vayan a salir bien: pero podemos confiar en que intentaremos hacerlo lo mejor posible.

Recuerda que no tiene por qué haber sólo una opción correcta.

Al decidir hemos de dejar las otras opciones atrás para poder avanzar:

Hemos de comprometernos con la decisión tomada plenamente, y vivir en la opción que hayamos elegido, sin mirar a atrás. Estar pensando en “qué hubiera pasado si…” no nos es útil, no nos deja estar en el presente.

No podemos tenerlo todo: al elegir un camino renunciamos a otros y los dejamos atrás, es verdad que podemos siempre reconducir nuestros caminos hacia otra dirección, pero no podemos vivir pensando en “qué hubiera pasado si.” no podemos saberlo.

Si surge algún inconveniente o dificultad en éste nuevo camino ya tomarás las medidas para solucionarlo cuando corresponda.

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